El orden de Dios y su propósito de riquezas en Cristo (1Timoteo 1:4-7).

El orden de Dios y su propósito de riquezas en Cristo (1Timoteo 1:4-7).

La palabra griega traducida “mitos” es “muthos”, también se encuentra en 4:7 y 2 Timoteo4:4. Denota palabras, discursos, conversaciones acerca de cosas tales como rumores, informes, historias judías sobre milagros e invenciones rabínicas. Estos eran los mitos profanos y viejas (4:7), así como mitos judaicos (Tito 1:14). Los mitos judíos llegaron hacer lo que dio origen a las mitologías gnósticas (Colosenses 2:8,18), con estas enseñanzas pensaban que esto le ayudaría a la salvación.

1. Las genealogías interminables.

Muchas de las “genealogías interminables” tenían que referirse a las genealogías del Antiguo Testamento adornadas con fábulas (Tito 3:9).

Hoy día el ministerio de la La Gran Ramera, de una forma indirecta ha llegado a influenciar en el Cristianismo paganizado, introduciendo fábulas adornadas con la Biblia, haciendo prácticas aceptadas en sus cultos.

Las fábulas unida a la Biblia llega a provocar:

A. Disputas que acarrean divisiones, pleitos, celo, etc.
B. Vana palabrería – Los mitos y las genealogías interminables mezcladas con la Biblia, desvían a las personas a las vanas palabrerías, sacándolo así del propósito de Dios que es el amor.

Para llevar a cabo la orden del apóstol, se necesita el amor, que proviene de un corazón puro, de una buena conciencia que sale del corazón y una fe no fingida que también se procesa en el corazón.

a. Un corazón puro –Una de la característica del corazón es que es sencillo y sin impurezas, recuerde que cuando el corazón es puro esta libre de todo lo que Jesús expreso en (Marcos7:20-23), cuando el corazón ha sido vaciado de todas esas cosas, no tiene complejidades, es por ello que es sencillo y puro, porque ahora lo que se suministra en el son las riquezas de Cristo (Juan 7:38-39).

Cuando los maestros de “ la justicia de la obra, de la justicia de la ley y la mezcla del bien y del mal” enseñan a la gente que hacer y que no hacer, son diferentes a los ministros de Cristo (Timoteo 4:6), quienes ministran las riquezas de Cristo a otros. Los que son maestros no de las riquezas de Cristo entonces caen en la categoría que dice Tito 3:9-11.

b. Una buena conciencia – Hemos de recordar que Pablo sigue en el mismo orden del corazón, ahora no para referirse al corazón puro, sino a la “buena conciencia”. El corazón esta compuesto de cuatro partes y son: conciencia, mente, voluntad y emociones. Explicamos que el corazón se hace puro cuando es suministrado en el las riquezas de Cristo, por esto para que un corazón funcionar con una buena conciencia, entonces tiene que mantenerse una consagración del alma (mente, voluntad, emociones) por parte del creyente. Ahí entendemos que la conciencia es siempre buena, pero para ella poder ser ejercitada en el creyente este tiene que estar dirigido por el Espíritu de su mente” (Efesios 4:22-23). Una buena conciencia es una conciencia sin ofensa (hechos 24:16). Era el esfuerzo de Pablo “procuró” mantener una alma consagrada, para que la consagración fuera de calidad.

c. Una fe no fingida – La Biblia nos enseña que con el corazón se cree (Romanos 10:8-11). La fe también se procesa en el corazón. Una fe no fingida, esta relacionada con la fe mencionada en el versículo cuatro (4), es una fe sin presunción, ni hipocresía, una fe que purifica en un corazón que ha experimentado pureza y suministración de una buena conciencia (Hechos 15:9) y opera por medio del amor (Gálatas 5:6). En la vida de la iglesia se requieren todos estos atributos para tener un amor puro, verdadero y genuino.

“Las riquezas de Cristo son profundas” (Efesios 1:18).
“El Señor lo llena todo” (Efesios 1:12).
“En el Señor están las riquezas infinitas” (Efesios 3:8).