Tres Clases de Hombres

Tres clases de Personas (1 Corintios 2:14-15, 3:1-3).

Las escrituras dividen, por lo general, a todos los seres humanos en tres clases de personas y dos tipos de creyentes.
A. El hombre natural (Griego: Psichikos) (1 Corintios 2:14).
a. El hombre natural rechaza en su totalidad las cosas espirituales, porque no ha sido regenerado.
b. Al no ser regenerado no puede descubrir las cosas espirituales, no puede juzgar ni discernir las cosas espirituales.
B. Es la persona no regenerada, es decir no ha tenido un nuevo nacimiento, está gobernado por los simples instintos naturales (2 Pedro 2:12).
a. Esta clase de persona es irracional con relación con relación a las cosas espirituales, actúan por sus instintos naturales.
b. Este vive bajo el propio “yo” en orgullo bajo el pecado de la carne. Actúa como meramente animales, su verdadero deseo es satisfacer su pasión física y ganar cosas materiales, de no efectuarse un cambio morirían como bestias brutas, porque solo encontraran satisfacción en las cosas carnales.
c. Su fin es la destrucción, son solamente guiadas por sus instintos naturales.
C. Estas personas están bajo el dominio de Satanás (Hechos 26:18).
a. Sus ojos tienen que ser abiertos para que las tinieblas puedan ver la luz.
b. La luz de Cristo y la verdad del evangelio abriría sus ojos, el poder de Cristo y del Espíritu Santo los tornaría a ellos de las tinieblas a la luz, y del poder de Satanás a Dios, para que el hombre natural reciba perdón de sus pecados, y con su perdón recibiría una herencia entre los santificados, tratados como santos, separados para Dios como su pueblo para hacer su voluntad por fe en Cristo. Esto es el mensaje de Pablo para el hombre natural.
D. Son esclavos de los deseos de la carne (Efesios 2:3)
a. Su estado pecaminoso por la caída, Pablo se refiere a los deseos malos que los no creyentes fueron nacidos (romanos 5:12) es el resultado de su naturaleza siendo ubicado en la posición de maldad. Es un recordatorio que este hombre que sigue practicando el pecado se encuentra bajo el juicio de Dios.
E. El hombre natural no puede bendecir (Santiago 3:10-12)
a. Solamente se puede esperar del hombre natural que su especialidad sea obrar entre el bien y el mal.
b. Mientras que el hombre natural no pueda controlar su lengua, a través de un cambio en Cristo, no puede bendecir.

El cristiano Carnal (1 Corintios 3:1-3)

Por todo el Nuevo Testamento hay ejemplos de la diferencia entre creyente carnal y el creyente espiritual. Estos dos tipos de creyentes son extremadamente diferentes, pero tienen una cosa en común. Los dos son nacidos de Nuevo o del Espíritu. La frase “Cristiano Carnal” fue usada por Pablo por primera vez en 1 Corintios 3:1.
De este pasaje aprendemos varias cosas:
A. Es uno que ha nacido de nuevo, porque Pablo le llama hermano (3:1)
B. Está en una condición de niño, indicado que no es capaz de determinar por si solo su vida espiritual (Hebreos 6:12-14; Gálatas 4:1-2)
C. Vive fuera del reino de Dios, no crece espiritualmente, no ha madurado. El problema es que el cristiano carnal debe haber ya pasado por esta etapa de su vida espiritual. Es como un niño de la edad de diez años que todavía no puede escribir ni leer. El cristiano carnal es el que persiste después de varios años en la carnalidad y se manifiesta en el todas obras carnales (Gálatas 5:16-21; Colosenses 3:8-11).
De manera que la carnalidad del hombre no es removida por medio de la conversión, debe de ser removida por la Santificación. Por esto la Biblia dice (1 Tesalonicenses 4:3). A pesar de todo el obrar de los creyentes carnales todavía no han podido ser Santificados, porque no procuran obedecer y negarse a si mismos diariamente para ser verdaderamente seguidores de Jesús.
Es evidente que una persona pertenece a la carne si se comporta como un hombre corriente y peca con frecuencia. No importa cuanta doctrina espiritual sepa, cuantas experiencias espirituales pretenda haber tenido, o cuantos servicios eficaces haya prestado. Nada de todo eso le hace menos carnal si sigue sin librarse de su peculiar temperamento, su mal genio, su egoísmo, su vana gloria y su falta de perdón y de amor.*Ser carnal significa comportarse “como hombres corrientes”. Deberíamos preguntarnos si nuestra conducta difiere radicalmente o no de la de los hombres corrientes. Si tenéis pegadas a vuestra vida muchas costumbres mundanas, entonces aun sois, sin duda alguna, de la carne. No discutamos sobre si nos llamamos espirituales o carnales. Si no estamos gobernados por el Espíritu Santo, ¿Qué provecho sacaremos de la simple calificación de espirituales? Al fin y al cabo esto es un asunto de vida, no de títulos.

Esta fue la primera parte de este interesante estudio, no te pierdas la segunda parte, la mas interesante para ti si eres creyente:

El Hombre espíritual (ver Aquí)