

En el versículo 5 Pedro habla tanto de una casa espiritual como de un Sacerdocio Santo. La palabra “espiritual” denota la cualidad de la vida divina que nos permite vivir y crecer y la palabra “Santo” denota la cualidad de la naturaleza divina que nos separa y santifica. La casa de Dios subsiste principalmente por medio de la vida divina; por ende, es espiritual. El Sacerdocio subsiste principalmente por medio de la naturaleza divina, por tanto, es Santo.
El Sacerdocio Santo es la casa espiritual. En el N.T. se usan dos palabras para referirse al Sacerdocio, Hebreos 7:12, se refiere al oficio Sacerdotal y 1 Pedro 2:5, se refiere a la Asamblea de Sacerdotes, es decir, al cuerpo de Sacerdotes. El cuerpo coordinado de sacerdotes es la casa espiritual edificada. Aunque Pedro no dirigió sus dos epístolas a la Iglesia, ni usó el término Iglesia en este versículo recalca la vida corporativa de los creyentes, si usó las expresiones “casa espiritual” y “Sacerdocio Santo” para referirse a la vida de la Iglesia. La vida que puede cumplir el propósito de Dios y satisfacer su deseo no es la vida espiritual vivida de una manera individualista sino de una manera corporativa. El desea una casa espiritual que sea su morada, un cuerpo de sacerdotes, un sacerdocio que le rinda servicio. El concepto de Pedro con respecto al servicio corporativo de los creyentes en coordinación es el mismo que Pablo usa en Romanos 12. Este servicio consta de tres pasos que son vitales en la vida espiritual:
1. El nuevo Nacimiento (1:2).
2. El crecimiento en vida al ser nutridos con Cristo (2:4).
3. El ser edificado con otros Creyentes (2:5).
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