Sacrificios Espirituales (1 Pedro 2:5)

Una de las características esencial del Sacerdocio Santo es que su función es ofrecer “sacrificios espirituales”. Adorar es reconocer y santificar el nombre de Dios, reconociéndolo por encima de todas las cosas. Una de las razones por la cual Dios liberta al pueblo Hebreo de la esclavitud egipcia, es precisamente sacarlo de allí para que el Pueblo le adore através de un real Sacerdocio corporativo, es decir todo el pueblo individualmente pudiera fungir como un Sacerdote para Dios, así como lo fue Abel, Noé, Abraham (Éxodos 19:5-6). Este propósito de Dios no llegó a materializarse debido al pecado que el pueblo hebreo cometió, levantando un becerro de oro para adorarlo y sacrificar todas clases de sacrificios según la vida del alma es decir según ellos pensaban y actuaban, no según lo que Dios tenía en plan desarrollar através de ellos como sacerdotes espirituales. Fue necesario que Dios eligiera una clase Sacerdotal apartada exclusivamente para que se dedicara al sacerdocio de sacrificios animal que simbolizaba la sombra del “sacrificio espiritual”.

En N.T es que llegamos a entender la importancia de los sacrificios espirituales que los creyentes debemos presentar a Dios através de Cristo. Ya no necesitamos como en la practica levítica o como muchas organizaciones religiosas que tienen mediadores para ellos poder presentar sacrificios espirituales a Dios.

Pedro nos enseña en este versículo 5 que hoy somos cada uno de los creyentes de una manera corporativa que debemos presentar a Dios sacrificios espirituales através de Cristo. Cristo como cabeza de la Iglesia es quien revisa, supervisa, mide y aprueba todo los que los creyentes dedicamos a Dios como sacrificios espirituales. Estos sacrificios tienen que reunir las condiciones requeridas como dice el verso 5 “ser aceptables” o como dice en romanos 12-2 “Para que comprobáis cual sea la buena voluntad de Dios agradable y perfecta”.

¿Cuáles son los sacrificios espirituales que ofrecemos a Dios?

- La adoración suministrando alabanzas (Hebreos 13:15) (Filipenses 4:18).
- Los cánticos, la recitación de Salmos, himnos espirituales (Colosenses 3:16).
- Hacer el bien en el orden de Dios (Hebreos 13:16),
- La oración, el ayuno, las reuniones espirituales en el orden de la Iglesia.
- Las ofrendas materiales, la predicación de la palabra (2 Corintios 8:5; 1 Pedro2:9; Filipenses 4:17-19).

Procuremos que todos estos sacrificios espirituales a Dios estén dirigidos para su gloria y honra cada día. Recordando también que al ofrecer cada uno, sea de una manera individual o corporativa estén en la condición espiritual de un estilo de vida espiritual que agrade a Dios, como dice Romanos 12:1 y no conforme a la mentalidad del mundo.