SACERDOTES (APOCALIPSIS 1:6)

Dios, en su economía tiene la intención de que todos los suyos sean Sacerdotes y sirvan directamente. Desde Adán hasta Moisés los hombres servían como Sacerdotes directamente, notamos el caso de Caín, Abel, Noe, Abraham, Jacob, entre otros. En Éxodo 19:6 El les mandó a los hijos de Israel que fueran “un reino de Sacerdotes”. Esto significa que Dios deseaba que todos fueran Sacerdotes, sin embargo, debido a que los israelitas adoraron al becerro de oro (Éxodo 32:1-6), perdieron el sacerdocio y solamente la tribu de Levi, debido a su fidelidad hacia Dios, fue escogida para reemplazar a toda la nación de Israel en el oficio de sacerdotes de Dios (Éxodo 32:25-29; Deuteronomio 33:8-10). Por consiguiente, hubo una clase mediadora entre Dios y los hijos de Israel. Esto se convirtió en un sistema dentro del judaísmo. En el Nuevo Testamento Dios ha vuelto a su intención original de acuerdo a su programa y ha hecho Sacerdotes a todos los que creen en Cristo (Apocalipsis 1:6; 5:10; 1 Pedro 2:5,9). Hoy toda la Iglesia está compuesta por un cuerpo sacerdotal. Los creyentes dentro de la iglesia tenemos que funcionar como sacerdotes en todos los sacrificios que presentamos en la reunión de la iglesia lo que se llega a convertir en la verdadera adoración a Dios. El sacerdocio levítico presentaba diariamente y durante varias horas del día los sacrificios y esta era la adoración que Dios aceptaba como verdadera.
En la dispensación de la iglesia esta funciona como un cuerpo sacerdotal que debe rendir sacrificios en sus reuniones de adoración.
En estos sacrificios podemos citar:
La oración como sacerdocio, El ayuno como sacerdocio, Las ofrendas como sacerdocio, El estudio de la palabra como sacerdocio, El canto como sacerdocio. Todo lo que dedicamos a Dios en una reunión consagrada para El en cierto día y hora tiene que ser presentado como “sacrificios de adoración” de lo contrario esto no producirá ningún efecto en una reunión dedicada a Dios.

A- La oración como sacerdocio.

Cristo es el gran sumo sacerdote y su iglesia es el cuerpo sacerdotal.
La oración es para Dios una gran necesidad a nivel mundial. Es por ello que la iglesia de Cristo ora en toda la tierra de acuerdo al modelo Bíblico que el sacerdocio debe seguir. Por esta razón, el Señor Jesucristo después de dar su salvación al creyente en cualquier parte del mundo, sin importar razas y color; ha hecho de cada creyente un sacerdote de Cristo para Dios.
Esto es con la finalidad de que los creyentes en cualquier lugar puedan reunirse a orar como un cuerpo sacerdotal y así ser de bendición para otros y viceversa en cualquier parte del mundo. Así los dice la Biblia en Apocalipsis (5:9-10).
En el Nuevo Testamento, el Señor logro su gran visión mundial sacerdotal a través de su hijo Jesucristo.
• En Apocalipsis 5:9 – Aprendemos. Jesús fue inmolado en la cruz, derramó su sangre preciosa para redimir al hombre.
• En Apocalipsis 5:10 – Aprendemos. El gran propósito de Dios al salvar al creyente, es hacer del creyente un cuerpo sacerdotal (pluralizado).
• En Efecios 2:13,16- Aprendemos. Cristo a través de su muerte en la cruz salvó a los hombres pecadores y los unió a Dios; creando así su iglesia, el cuerpo de creyentes salvos.
• En Hebreos 5:5, 6,10- Aprendemos. Jesús el hijo de Dios se dedicó a una vida profunda de oración (V.7). por esta poderosa razón, el Padre Celestial lo resucitó y lo declaró Sumo Sacerdote para siempre.
• En 1 Pedro 2:9 relacionando los dos textos anteriores aprendemos. El señor Jesús siendo la cabeza y Sumo Sacerdote declarado por Dios; usó su autoridad sacerdotal para constituir a su iglesia, su cuerpo sacerdotal.
Concluimos analizando a Salmos 133:2 usándolo como una analogía:
Aprendemos: que la cabeza y la barba de Aarón lo ejemplarizamos a Cristo Sumo Sacerdote y el cuerpo sacerdotal de Aarón ejemplarizamos la iglesia.
Es decir, Cristo le ha dado a la iglesia vestidura y función sacerdotal (pies, manos, etc.).
Con esta ilustración nos permite establecer una gran verdad en relación al sacerdocio de Cristo y el sacerdocio de la iglesia.

B- El ayuno como sacerdocio.

A diferencia de Cristo como cabeza. La iglesia Bíblicamente se ha identificado siempre con el ayuno sacerdotal. Una pauta de esto Cristo lo dejó entre dicho en el texto de Lucas 5:33-39.
Notamos en este texto por las parábolas de los paños y el vino, que el nuevo orden del ayuno Jesús lo tenia muy pendiente para la iglesia de forma sacerdotal. Como nos estamos refiriendo al nuevo orden del ayuno en la iglesia las citas Bíblicas que usaremos solo pertenecen al Nuevo Testamento (Hechos 13:1-3; 14:22-23). Aunque los textos en la primera iglesia no son tan abundantes esta era una práctica común.

C- Las ofrendas como sacerdocio.

Las ofrendas materiales que traemos al templo son también parte de los sacrificios espirituales que presentamos al Señor para el sostenimiento físico del templo y los preparativos de una reunión sacerdotal. Muchas veces los creyentes no se desprenden de sus ofrendas materiales por que las consideran que son necesarias para sus gastos y acumulación personal, pero si realmente se es un adorador verdadero entiendo que el desprendimiento material también es parte de la adoración. En el sistema antiguo de dar los creyentes se desprendían para llevar su sacrificio al templo, para ellos nunca falto ofrenda que llevar aunque fueran mínimas, ni tampoco n el templo, su altar se mantuvo sin sacrificios, porque el pueblo no lo llevo. Siempre hubo abundancia.
Hoy día con más razón nuestras ofrendas materiales tienen que estar dirigidas por nuestra conciencia para medir si lo estamos haciendo por medio de la suministración del espíritu que es por donde va dirigida toda verdadera adoración (2 Corintios 8:5; 9:6-15) La iglesia primitiva fue un ejemplo de entregarse a un sacerdocio voluntario de satisfacción a las necesidades materiales de la iglesia obrando como un sacerdocio, con unas pocas citas Bíblicas será necesario para entender esta gran verdad. (Hechos 2:44-47; 4:32-37). En la mente de muchos creyentes esta es una realidad muy dura de ser aplicada, lo que yo entiendo es que esta es la realidad de la iglesia primitiva y por su actitud de adoración espiritual y sacerdotal hoy podemos decir con toda seguridad que es la época de la iglesia que ha podido dar en condición de fruto un 100%.

D- Actitud propia de los que escuchan la palabra de Dios.

El oyente de la palabra de Dios debe tener en cuenta las siguientes sugerencias:
1. No pensemos en escuchar bellas enseñanzas; más bien, preparémonos para encontrar a Cristo. El escuchar un mensaje no es para la satisfacción de la mente, sino para abastecernos la vida. A veces una predicación sigue un pensamiento lógico, es clara y emocionante y a pesar de ello, no produce efecto espiritual. No debemos admirar esta clase de predicación. La clase de predicación de la palabra de Dios que necesitamos escuchar es la que nos hace ver las cosas espirituales y encontrar a Cristo. Esta es la palabra que viene con poder espiritual para transformarnos espiritualmente y hacemos crecer. Pidámosle todos gracias al Señor, que nos conceda discernimiento espiritual para seguir fieles reuniones espirituales. (Hechos 5:20; Filipenses 2:16; Santiago 1:18).

2. Cuando oigamos alguna enseñanza que no entendemos, seamos humilde y esperemos el tiempo señalado por Dios, porque la comprensión espiritual se relaciona con la edad espiritual. Lo que ahora no sabemos, quizás lo entendamos después de unas semanas o meses ó años. No critiquemos sin cuidado alguno las cosas que no sabemos y así evitaremos heridas. Ni miremos las cosas espirituales como algo fácil, imaginándonos que ya lo sabemos todo. Reconozcamos que hay quienes tienen que pasar varios años aprendiendo una lección antes de poder predicar una palabra. (Juan 16:12; Lucas 24:45; Efesios 1:18; 2 Timoteo 2:7; 2 Pedro 3: 16).

3. Tengamos mucho cuidado de no cambiar las cosas que creemos haber entendido. Por ejemplo, al hablar de la “realidad”, la realidad a la que nos referimos es a Cristo tal como es revelado por el Espíritu Santo; pero muchos incluso algunos que han trabajado para el Señor por largos años consideran qua la acción es la realidad. Pero si la acción fuera la realidad, entonces aquel de quien se habla en 1 Corintios 13:3, tendría mucho de la realidad y con todo sabemos que ante Dios, él no tiene nada de la realidad. El Espíritu Santo nos hace ver la realidad espiritual y ésta lleva en ella poder: así es como tiene lugar un cambio de vida.

4. Tenemos que ser intercesores. El que escucha. La palabra de Dios, que tenga ante el Señor una actitud verdaderamente humilde y que ore por el predicador para que Dios libere la palabra de vida atreves de él. También orar por todos los que escuchan y por si mismo, para que la palabra escuchada penetre profundamente y se convierta en revelación y en luz y así la Iglesia crezca a la medida de la estatura de Cristo. Esta actividad intercesora pueda considerarse como la cooperación entre el oyente y el predicador. (Hechos 21:5; Romanos 15:30; 2 Tesalonicenses 1:11; 2 Tesalonicenses 3:1; Hebreos 13:18).

Que Dios sea especialmente misericordioso con nosotros para que entendamos claramente que solo Dios puede hacer la obra puesto que todo lo que nosotros hacemos es describir lo visto o experimentado mediante la revelación. Aprendamos a cooperar con Dios a no poner obstáculos. No intentemos en violar la soberanía de Dios. Confiemos en que la luz de Dios nos purificará de tal manera que en nosotros ya no habrá impureza. OH, cómo necesitamos esperar y depender del Señor constantemente. Confesando siempre con temor y temblor que “siervos inútiles somos” (Lucas 17:10).

E- El canto como sacerdocio.

En el tiempo del Antiguo Testamento conocemos que la adoración a través del canto, estuvo dirigida por un gran número de Levitas cantores. Hoy se ha querido señalar que los cantores solistas de los sistemas religiosos son Levitas. Esto no es verdad estos son mercaderes y comerciantes de la gloria de Dios hacen mercadería usando el nombre de Dios al estilo que nos habla la Biblia en Ezequiel 28:18 “contrataciones” significa negociar. Los Levitas antiguos no cantaban individualmente, ni tampoco cobraban por el canto, la recitación de salmos, todo esto ellos lo hacían para exaltar la gloria de Dios.
La iglesia esta conciente que cuando canta lo hace para el Señor y su gloria, obrando así como un cuerpo sacerdotal, donde los creyentes todos se reúnen para adorar a su Señor. Esto es lo que la Biblia registra como enseñanza para la iglesia (Mateo 26:30; Efesios 5:19; Colosenses 3:16).