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Elvis Domínguez
Tamboril, Santiago, Dominican Republic
El pastor Elvis Domínguez con una experiencia ministerial por más de 15 años en el área educativa secular y bíblica. Presenta una serie de Material de estudios bíblicos para el estudiante de la biblia y el lector común, con la finalidad que este pueda interpretar la biblia de forma correcta, teniendo en cuenta el método gramático historico y biblico. Esperando que su biblioteca sea nutrida con un material unico en su género.
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jueves, 2 de abril de 2009

La Justicia de la ley Y La Justicia de la fe.



Por la desobediencia, el hombre (Adán) adquirió una nueva mentalidad. En vez de ser dirigido por “el espíritu de su mente” en un hombre creado conforme a la voluntad de Dios (Efesios 4:23-24). Ahora alcanzó el concepto del “Bien Y el Mal” logrando con esto Satanás el fundamento para que el hombre obrara fuera del Orden de Dios desde el Principio hasta hoy. Este fundamento se desarrolló en la simbología del:




Dios en cambio determinó la forma en que el hombre, a pesar de su caída debería asumir. Era la única forma de poder desligarse del patrón o concepto que Satanás había logrado. El creador de Adán le dirigió para que ahora caminara en “La Obra de Justicia”. Esta “Obra de Justicia” comenzaron a experimentarla Adán Y Eva ofreciendo sacrificio animal con lo cual el hombre podía cubrirse temporalmente ante la presencia de Dios. En las Escrituras podemos notar que Adán asumió una función sacerdotal, porque esto mismo aprendió Caín Y Abel a presentar sus Sacrificios ante su creador. Entre ambos sacrificios existía una gran diferencia que trataremos a continuación.

Notemos cuales aspectos del sacrificio de Caín Y Abel encontramos en el texto de Génesis 4:3-5.

A. “Andando el Tiempo” habían transcurrido aproximadamente 130 años (Génesis 5:3). Presentaron sus ofrendas

B. El padre asumía la función sacerdotal.

C. Parece haber sido enseñado la adoración a Dios a través del obrar (Obra de Justicia).

D. Caín presentó ofrenda de Fruto.

E. Abel presentó ofrenda animal.

F. Las ofrendas no tenían que ver que fueran diferentes, pero si la intención y el ofrecimiento de lo mejor, con agradecimiento y consagrado.

G. Abel ofrendó en Fe (Hebreos 11:4) El era Justo(1 Juan 3:12)

H. La ofrenda de Caín no fue reconocida por Dios, porque no cumplió los requisitos por el Orden.

La ofrenda dependía de la posición espiritual del que ofrendaba, se requerían dos elementos:

1ro. Fe (Conocimiento)
2do.Justicia (Forma conforme al Orden).

Desde que Dios restableció nueva vez la adoración para relacionarse con el Hombre después de la caída. Dios determinó un Orden para adorar llamada “La Obra de Justicia” Y que más tarde fue reconocida, dada a Moisés como “Ley de Justicia”.

Todo el que opero en la “Obra de Justicia” es decir en la dispensación de la conciencia, el gobierno humano, periodo Patriarcal y en la “Ley de Justicia” desde Moisés hasta Cristo, es reconocido como que obró en el Orden de Adoración establecido por Dios. Al contrario notamos que los hombres desde la dispensación de la conciencia hasta Cristo Y después de Cristo operaron y operan “en el Bien Y el Mal” situaciones que están fuera de lo establecido por Dios.

Con la aparición de Cristo como “El Gran Restaurador” de la Adoración”. Cumplido todos los requisitos de la adoración por Cristo y fundada la Iglesia, se estableció el Nuevo Orden de Adorar el cual Pablo registra en Romanos 9:30-31, aquí encontramos “La Ley de Justicia” desde la dispensación de la conciencia hasta Cristo. Y la “Justicia por la Fe” durante la dispensación de la Gracia. Todo lo que se opera durante la Gracia tiene que ser en la “Justicia de la Fe” nada pasará ante Dios como adoración, porque solo a Cristo Dios reconoce para que seamos Justificados.

El Cristianismo de hoy se encuentra operado con una mezcla de “Obra de Justicia” “Ley de Justicia” Y “Justicia Por la Fe” combinado con un poco de “Bien Y Mal”. De todo esto Dios Quiere que la Iglesia entienda y opere con “La Justicia de La Fe”.


¿Por Qué?




Cristo nos fue hecho de parte de Dios sabiduría en tres aspectos vitales de la salvación de Dios:

A. Justicia (en cuanto a nuestro pasado) por lo cual Dios nos Justificó a fin de que renaciéramos en nuestro espíritu y recibiéramos así la vida divina (Romanos 5:18)

B. Santificación (en cuanto a nuestro presente), por lo cual somos santificados en nuestra alma, es decir transformados por la vida divina en nuestra mente, parte emotiva Y voluntad (Romanos 6:19,22).


C. Redención (en cuanto a nuestro futuro), es decir, la redención de nuestro cuerpo (Romanos 8:23), por lo cual éste será transfigurado por la vida divina para que llevemos la semejanza gloriosa del Señor (Filipenses 3:21). Dios nos brinda esta salvación tan completa y perfecta, la cual hace que todo nuestro ser-espíritu-alma y cuerpo-sea el todo para nosotros. Todo esto proviene absolutamente de Dios y no de nosotros, para que nos jactemos y nos gloriemos en El y no en Nosotros mismos.


Decir que Cristo es Justicia para nuestro pasado, Santificación para nuestro presente y redención para nuestro futuro es absolutamente correcto. Después de creer en el Señor Jesús Y ser Justificados, debemos llevar una vida Santa, una vida Santificada.

La experiencia subjetiva de la santificación implica la transformación, un proceso que se produce en nuestra alma. La redención de nuestro cuerpo ocurrirá en el futuro. Por consiguiente fuimos regenerados en nuestro espíritu cuando creímos en el Señor, estamos en el proceso de ser transformados, santificados, en nuestra alma y en el futuro, nuestro cuerpo será redimido o sea transfigurado.

Aunque este entendimiento es correcto, cabe señalar que esta es una interpretación del versículo 30 y no debemos permitir que ella limite, lo que Pablo quiere decir ahí. Por supuesto, para que un pecador sea plenamente salvo, debe pasar por tres pasos: La Regeneración del espíritu (humano), la Santificación del alma Y la Transfiguración o Redención del cuerpo. Cuando se complete este proceso, seremos como el Señor Jesús (1 Juan 3:2). Seremos semejantes al Señor, porque le vemos tal como El es. Ahora no somos semejantes al Señor en nuestro Cuerpo, pero cuando éste sea Transfigurado, plenamente redimido, seremos semejantes a El de manera completa.

La Justicia, La Santificación Y La Redención no solo están relacionadas con nuestro pasado, presente y Futuro. Cada día necesitamos a Cristo como Justicia, Santificación Y Redención. Diariamente debemos ser justos, santificados y redimidos, no solamente en un aspecto, sino en todos.

En todos los aspectos de nuestra vida, es preciso que se nos ponga fin, que se nos reemplace con Cristo y que seamos devueltos a Dios. Si la manera en que nos relacionamos con nuestro medio es conforme a la vieja Creación debe de dársele fin, ser reemplazada por Cristo Y ser llevada a Dios. Entonces seremos redimidos con respecto a la manera de relacionarnos en la vida diaria.

En la vida de la Iglesia necesitamos también la Redención ya que en muchos aspectos todavía somos muy naturales. Muchas veces se hacen diferencias entre los creyentes, por que sean Jóvenes, ancianos o Mayores. Todo esto está relacionada con la vida natural y manifiesta la necesidad de ser redimidos. Por consiguiente, en la vida de la Iglesia necesitamos ser eliminados; reemplazados por Cristo y devueltos a Dios en todos debemos ser justos, santificados y redimidos. Cuando Cristo nos sea hecho sabiduría de parte de Dios, El llegará a ser nuestra sabiduría Justicia, Santificación Y Redención en todos los aspectos.

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